¿Alguno de vosotros estaba preparado para esto?
He tardado mucho en escribir estas líneas porque no sabía muy bien que contar.
Ahora mismo me encuentro bien, por decir algo, dentro de esta locura o situación, pero he tenido dos semanas de bloqueo en las cuales mi cerebro es como si hubiera dejado de funcionar.
Escribo este post en el día 19 de mi confinamiento, aunque para el Estado estamos en el día 18, ya nos están quitando un día de esta mierda.
He sentido la necesidad de escribir este post para expresar muchas de las cosas que me están pasando, ya que aún intento digerir ¿¿Qué coño ha pasado??
El Viernes 13 de Marzo comenzó esta tortura, porque sé que para muchos de nosotros, esto es una tortura. Estar encerrados en casa, con suerte con la familia, sino más sol@ que la una. Digo con suerte porque al principio pensé que todos juntos iba a ser una pelea tras otra pero no, ha resultado ser mucho mejor de lo que esperaba. Mis niñas la verdad se están portando genial, mejor que nosotros los adultos, han aceptado que tienen que estar en casa y buscan actividades para estar entretenidas, aunque algunas veces el entretenimiento pasa por pelearse la una con la otra. Los niños tienen una capacidad de adaptación increíble,en cambio yo me he dado cuenta que soy muy lenta.
La primera semana literalmente fue una locura, al principio , muchas risas por la nueva situación e intentando aceptarla, además a mí me resulto un poco peor porque mi muela quiso hacer de las suyas y tuve una infección, con un dolor insoportable y una boca llena de llagas.
Tuve que salir del confinamiento el lunes 16 de Marzo, después de 3 días en casa encerrada, para que mi dentista pudiera verme la boca y mandarme algo para calmar ese dolor. Salir a la calle, fue una auténtica locura. Mi hermana me consiguió una mascarilla y guantes, pero me agobie y fui incapaz de ponérmelos. Tenía miedo, casi no había gente por la calle, parecía un vídeojuego de zombies.
Mi reacción al salir el primer día al dentista después de 3 días encerrada
Cuando hablas bajito porque te da miedo por si alguien te ataca. (por cierto, toco el timbre sin protección), muy mal por mi parte.
Tercer y último vídeo, mi vuelta a casa con el mismo dolor y asustada…
Bueno, sigo con mi fabulosa historia de realidad y no de fantasía.
El 4º día de confinamiento me vengo abajo, llorando como una bebé que no sabe donde ir ni que hacer. ¿A Alguien más le pasó esto?
La segunda semana de confinamiento ha sido un poco más llevadera, pero aún así he estado mucho más dispersa de lo habitual.»Me siento frente al ordenador para trabajar y a los cinco minutos me levanto porque me falta el aire, o porque estoy frente a la pantalla y no sé por donde empezar ni que hacer». ¿También os ha pasado a vosotros algo parecido? Vuelvo a salir de nuevo al dentista y esta vez para que no salga Mario también me voy a recoger butano, que nos hemos quedado sin él y hay que ducharse, que estamos confinados no en la isla de supervivientes.
Esta segunda salida se convierte en una odisea, primero me voy acojonoda al dentista, en esta ocasión, voy provista de guantes y mascarilla, que no sé si es mejor para mi mente, empiezo a tener ansiedad.
Cojo mi coche, el dentista esta detrás del Gran Teatro, aparco en el parking y salgo a la calle, ya estpy sudando como una cerda, se me empañan las gafas y no me veo, a todo esto voy como corriendo no sea que se me acerqué alguien, parece una película de miedo.
Entro a mi dentista y con miedo me preguntan si tengo coronavirus, y yo dudo, ¿¿os lo podéis creer?? Si es que no lo sabemos, porque yo o la auxiliar podemos estar contagiadas y no saberlo. Entra el dentista en la consulta me cago viva, me duele la muela que te cagas, intenta tocar dentro de la muela y veo las estrellas, me pongo a llorar, literal. Me dice que no puede hacer nada, me pone una pasta verde con sabor a mentol y cierra la muela provisionalmente.
Me voy de la clínica hecha polvo y dolorida. A todo esto llueve como sino hubiera un mañana, la tierra igual nos está mandando un mensaje, cabrones vais a acabar conmigo sino acabo yo con vosotros antes.
Me voy a la gasolinera a por la botella de butano. Voy a la que hay en el puente de Barrachina, que fíjate tiene su tienda cerrada, te atienden en una especie de garito, pago con tarjeta que casi puedo sacar del monedero, con los putos guantes que me vienen un poco grande. A todo esto cayendo el diluvio universal, le pido la botella y me dice:
«Allí enfrente están, dejas la vacía y coges la nueva llena». Sin techado y de nuevo os recuerdo que cae la de dios, me voy para allá, bajo la botella de butano, la dejo en su sitio y cojo la llena, que pesa más que yo después de comerme un brownie.
Intento cargar la botella, pero claro, tengo fuerza de un piojo y no puedo meterla en el maletero. Pruebo una vez y se engancha en el cierre del maletero, pruebo otra vez, y no puedo, miro al gasolinero en su caseta y pienso: «Hijo de puta, no ves que no puedo, y me estoy calando viva». Y rompo a llorar como una loca, y por última vez intento meter la puta botella, que Mario dijo que el gasolinero me iba a ayudar a cargar, puta mentira, y por fin se mete en el maletero,cierro la puerta con toda mi furia y subo al coche empapada y cabreada.
Llego a casa tiritando, normal, me he calado entera, me meto en la cama y solo tengo ganas de dormir y no despertar en una larga temporada. Así que mi segunda salida ha sido un fracaso a nivel emocional.
Y llegamos a la tercera semana y parece que mi cerebro por fin ha aceptado que esta situación es para largo y se ha tranquilizado, tengo momentos de estrés, que intento sobrellevar con alguna que otra tila, pero he logrado que al sentarme en el ordenador no me den pequeños ataques de ansiedad y me falte el aire.
Tras compartir con vosotros todos los estados por lo que he pasado y que afectan a mi salud psicológica, que estoy segura que después de este encierro voy a tener que volver al psicólogo. Voy a pasar a contarós como llevo el tema teletrabajo.
El tele-trabajo, que sí, que está muy bien, pero si tu cerebro y tu cuerpo están en un momento idóneo,sino no eres nada productiva. Y si al teletrabajo añadimos niños y grupos de whatsapp ardiendo, vamos eso es imposible.
Que si entran las niñas a preguntarte que estás haciendo, que si de repente notas que vibra tu móvil como 100 veces seguidas y es que están todas las mamis poniendo algo en el grupo, y ya la bomba es que al mismo tiempo te suene una videollamada de las amigas del cole de tus hijas, que te dan ganas de tirar el móvil contra el suelo. ¿A qué os ha pasado esto?
Y ya para rizar el rizo, llegan los retos o challenge, ¿qué pasa, qué a todo el mundo le gusta ser un poco influencer? y con tanto tiempo nos volvemos locos por salir en las redes, hasta Mario ha caído en sus redes y putea a mis hijas con la escoba y un vaso de plástico con agua apoyado en el techo, que sí que nos hemos reímos y nos ha servido para no pensar en esta situación.
Contadme que retos habéis hecho para pasar vuestros días entretenidos. ¿Rollo de papel, TIK TOK, nominaciones de fotos de niños, colgar lo bien que cocináis, gimnasia en casa?
Y tras este repaso a mi vida en estas tres semanas, por fin he tenido ganas de terminar este post que dejé empezado hace dos semanas y compartir con vosotros esta experiencia para la que por supuesto no estaba preparada.
Ahora me gustaría que compartierais conmigo como os sentís, como lo estáis viviendo, que saquéis todas esas mierdas ocultas que no nos ayudan a resistir esta locura. Y como dice el gran Dúo Dinámico, resistiremos y saldremos, mejor o peor de esta terrible situación, con amistades reforzadas, otras perdidas y con la mente mucho más echa polvo de lo habitual.
Psicólogos y abogados os vais a forrar cuando salgamos de aquí, ánimo amig@s que ya sólo nos queda un mes.
3 respuestas a «Yo no estaba preparada para el Coronavirus»
Querida amiga, yo intento ver el lado positivo de todo esto, por una parte, la tierra se está desintoxicado que bastante caña le estábamos metiendo y por otro lado, como te comenté ayer nos estamos dando cuenta de quién está, quién no y estamos empezando a ver la verdadera cara de algunas personas, para lo bueno y lo menos bueno. Para mi las mayores sonrisas estos días, además de los vídeos y memes que no paran de llegar por WhatsApp, y demuestra la capacidad de inventiva que tiene la gente, me las han sacado el recibir mensajes de amistades que viven lejos (Pamplona, Barcelona..) y que hace meses que no hablabamos, preocupándose y preguntando si nos encontramos todos bien, este interés sabemos las dos como es de agradecer.
A todo esto me alegra que este lloviendo bastante a menudo y de manera razonable porque ya que no podemos salir, pues mejor reservar el buen solecito para cuando esto termine, no te parece?
Ánimo!!!! Que ya falta un día menos!!!
Ay amiga mía, pienso como tú. Cada día un poquito menos.
[…] de escribir el anterior post sobre que yo no estaba preparada para el coronavirus, hace casi un […]